enero 30 2025

El Último Tango en París: La escena de abuso real que conmocionó a Hollywood en 1972

Maria Schneider, protagonista de “El Último Tango en París”, fue abusada en una escena real sin su consentimiento, planeada por Marlon Brando y el director Bernardo Bertolucci para lograr “realismo”


El escándalo revelado décadas después impulsó la creación de coordinadores de intimidad en Hollywood, aunque casos recientes muestran que aún hay resistencia a estos protocolos

La polémica escena íntima en la película de 1972, protagonizada por Marlon Brando y Maria Schneider, revela un acto de abuso real que marcó para siempre la carrera de la actriz y la industria del cine.

México – 28 ENERO 2025
El cine tiene historias que trascienden la pantalla, y no todas son gloriosas. Una de las más turbias es la que rodea a “El Último Tango en París” (1972), dirigida por Bernardo Bertolucci y protagonizada por Marlon Brando y Maria Schneider.

La película, considerada un clásico del cine moderno, esconde un lado oscuro que salió a la luz décadas después: una escena íntima en la que Schneider fue abusada en contra de su voluntad, todo en nombre del “realismo”.

La escena que nunca debió ocurrir


En una de las secuencias más impactantes de la película, el personaje de Marlon Brando utiliza mantequilla para someter sexualmente a Schneider.

Lo que pocos sabían es que esta escena no fue simulada. Bertolucci y Brando planearon en secreto que la acción fuera real, sin informar a Schneider, para capturar una reacción “auténtica”.

“Quería que Maria sintiera la humillación, no que la actuara”, admitió Bertolucci en una entrevista años después. La actriz, quien tenía solo 19 años en ese momento, quedó traumatizada.

“Me sentí violada, tanto por Brando como por Bertolucci. Fue algo horrible que nunca superé”, confesó Schneider antes de su muerte en 2011.

El silencio que marcó una carrera


Tras la filmación, Schneider rompió en llanto y abandonó el set. Brando intentó consolarla, minimizando el hecho al decir que “era solo cine”. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. La actriz nunca pudo desprenderse del estigma de esa escena y quedó encasillada en papeles que explotaban su imagen sexual.

Aunque Bertolucci expresó “lamentar” lo sucedido, también admitió que no se arrepentía, argumentando que la escena era crucial para la película. Esta justificación ha sido ampliamente criticada, especialmente en la era del #MeToo, donde casos como este resaltan la importancia de proteger a los actores en sets de filmación.

El legado de un escándalo que cambió Hollywood


El caso de Schneider no solo expuso los abusos de poder en la industria, sino que también impulsó la creación de roles como los coordinadores de intimidad, profesionales encargados de garantizar la seguridad y el consentimiento en escenas sensibles.

Sin embargo, aún hay resistencia. Recientemente, el director Sean Baker admitió que no utilizó un coordinador de intimidad en su película “Red Rocket”, lo que generó controversia y revivió el debate sobre la necesidad de estos protocolos.

La historia de Maria Schneider es un recordatorio sombrío de los costos humanos detrás del arte. Aunque “El Último Tango en París” sigue siendo una película icónica, su legado está manchado por un acto de abuso que nunca debió ocurrir.

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