La versión live-action de “Lilo & Stitch” continúa liderando la taquilla en Estados Unidos en su segundo fin de semana, con una recaudación estimada de $60 millones en 4,410 cines.
Aunque representa una caída del 59% respecto a su estreno, la cifra le basta para mantener cómodamente el primer puesto. Hasta el domingo, el filme acumula $277 millones en total.
“Mission: Impossible” resiste, pero Karate Kid no despega
En el segundo lugar se posiciona Mission: Impossible – Final Reckoning de Paramount, que agregó $27.3 millones, un descenso del 57%, pero con mejor retención que la entrega previa, Dead Reckoning, que cayó un 65% en su segundo fin de semana. Su total doméstico asciende a $122.6 millones, confirmando la solidez de la franquicia liderada por Tom Cruise.
Por otro lado, la esperada Karate Kid: Legends no logró cumplir con las expectativas del estudio. La cinta protagonizada por Ralph Macchio y Jackie Chan, apenas recaudó $20 millones en su primer fin de semana en 3,809 salas, tras un viernes inicial que rondó entre los $7 y $8 millones, incluyendo funciones previas.
A pesar de ser una producción de $45 millones, el título no logró capitalizar la nostalgia de sus protagonistas ni el peso de la marca. La recepción crítica fue tibia, con un 55% en Rotten Tomatoes, por debajo del 67% que obtuvo la versión de 2010. No obstante, las audiencias se mostraron más generosas, con 4 estrellas en PostTrak y un 68% de recomendación.
Terror y sangre en los últimos puestos del top 5
En cuarta posición aparece Final Destination: Bloodlines, que añade $10 millones y alcanza un sólido acumulado de $110.9 millones. Mientras tanto, el thriller de terror independiente Bring Her Back, distribuido por A24, cierra el top cinco con una proyección de $6 a $7 millones, tras un estreno limitado de $3 millones, incluyendo funciones previas.
Conclusión
La contienda en la taquilla de verano sigue marcada por la fuerza de Disney y las franquicias consolidadas, mientras que propuestas nostálgicas como Karate Kid: Legends enfrentan desafíos para conectar con nuevas generaciones. El cine comercial sigue apostando por revivir clásicos, pero no todos logran traducir la emoción en resultados contundentes.