La esperada adaptación live-action de Blancanieves, dirigida por Marc Webb, llegó a Hollywood con críticas que destacan a Rachel Zegler como una “supernova brillante” y la califican de “festín visual”. Sin embargo, el uso de efectos digitales para los enanitos ha generado polémica entre los puristas.
Estreno el 21 de marzo de 2025, la película renueva el clásico de 1937 con números musicales espectaculares y un enfoque en el empoderamiento de Blancanieves. ¿Logrará Disney repetir el éxito de La Sirenita o enfrentará el mismo escepticismo que Dumbo?
Rachel Zegler y un Protagonismo Renovado
Rachel Zegler (West Side Story) recibe elogios unánimes por su interpretación de Blancanieves, descrita como una heroína más proactiva y líder. Críticos destacan escenas como el icónico “Whistle While You Work”, reinventado como un himno de resiliencia. Zegler, además, aporta su experiencia en musicales con vocales poderosas que revitalizan clásicos como “Someday My Prince Will Come”.
La Polémica de los Enanitos Digitales
Aunque la película es un “triunfo técnico” según Variety, la decisión de reemplazar a los siete enanitos con efectos digitales y motion capture divide a la audiencia. Algunos fans argumentan que esta elección diluye la magia del original, mientras que otros aplauden la inclusión de diseños diversificados y menos estereotipados. Disney defiende el cambio como una “evolución necesaria para reflejar la diversidad moderna”.
Un Legado Visual y Narrativo
El filme, producido con un presupuesto de $200 millones, despliega escenarios inspirados en los bosques de Baviera y efectos de iluminación que rinden homenaje al estilo acuarelado de 1937. La villana Reina Malvada (Gal Gadot) roba escenas con un vestuario gótico y un trasfondo psicológico más explorado, alejándose del arquetipo unidimensional.
¿El Futuro de los Live-Action de Disney?
Blancanieves se suma a una lista mixta de adaptaciones: mientras El Rey León (2019) recaudó $1.6 mil millones, Dumbo (2019) fracasó en crítica y taquilla. Esta vez, Disney apuesta por equilibrar nostalgia e innovación, aunque el debate sobre la “autenticidad” de los remakes persiste.