El 13 de septiembre es una fecha especial para los bibliotecarios argentinos, ya que se conmemora el Día del Bibliotecario en todo el país.
Esta efeméride tiene su origen en la creación de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, hoy conocida como la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, en honor al prócer que impulsó su fundación.
El origen del Día del Bibliotecario
La historia del Día del Bibliotecario se remonta a los meses posteriores a la famosa Revolución de Mayo de 1810, cuando la junta de gobierno a cargo de Mariano Moreno decidió crear la Biblioteca Pública de Buenos Aires, con el fin de difundir el conocimiento y la cultura entre los habitantes de la naciente nación.
El 13 de septiembre de 1810 se publicó en la Gazeta de Buenos Ayres el decreto que oficializaba la creación de la biblioteca, así como el nombramiento de su primer director, el sacerdote Saturnino Segurola. También se establecía que la biblioteca estaría abierta al público y que se recibirían donaciones de libros y documentos.
La Biblioteca Pública de Buenos Aires fue la primera biblioteca nacional de América Latina y una de las más importantes del continente. En 1884, cambió su nombre por el de Biblioteca Nacional Mariano Moreno, en homenaje a su fundador y principal impulsor.
El reconocimiento al bibliotecario
El Día del Bibliotecario fue instituido en 1942, cuando el Congreso de Bibliotecarios reunido en Santiago del Estero acordó tomar el 13 de septiembre como fecha para celebrar su labor y su profesión. Sin embargo, no fue hasta 1954 cuando se festejó públicamente por primera vez.
Desde entonces, cada año se realizan diversas actividades para conmemorar el Día del Bibliotecario, como conferencias, exposiciones, talleres, concursos y homenajes. También se busca reconocer y difundir el rol social y cultural del bibliotecario, así como promover su capacitación y actualización.
La labor del bibliotecario
Los bibliotecarios son las personas encargadas de organizar y clasificar todo tipo de materiales bibliográficos, como libros, revistas, periódicos, mapas, discos, videos y documentos digitales. Su función es orientar e instruir a las personas que buscan algún tipo de información o conocimiento, sirviéndoles de guía y facilitando su acceso.
Muchos bibliotecarios también crean programas educativos para fomentar la lectura, disminuir el analfabetismo y estimular el pensamiento crítico. Asimismo, se interesan por mejorar los servicios y recursos de la institución que regentan, adaptándose a las nuevas tecnologías y necesidades de los usuarios.