El cantante y rapero estadounidense, que fue una estrella juvenil en los años 90, tenía 34 años y sufría de problemas de salud mental y adicción a las drogas.
Hermano menor de Nick de los Backstreet Boys, fue encontrado sin vida en su casa de California el sábado por la mañana.
El mundo de la música está de luto por la muerte de Aaron Carter, el cantante y rapero estadounidense que saltó a la fama en los años 90 como una estrella juvenil. Según la autopsia realizada por el forense del condado de Los Ángeles, Carter murió ahogado en el baño de su casa en Lancaster, California, el sábado por la mañana. No se encontraron signos de violencia ni de consumo de drogas en su cuerpo.
Carter tenía 34 años y era el hermano menor de Nick Carter, uno de los integrantes de la exitosa banda pop Backstreet Boys. El domingo, Nick expresó su dolor y su amor por su hermano en un mensaje en Twitter, a pesar de reconocer que habían tenido una relación complicada. “Mi corazón está roto. Aunque mi hermano y yo hemos tenido una relación difícil, mi amor por él nunca se desvaneció”, escribió.
Aaron Carter comenzó su carrera musical a los siete años, abriendo los conciertos de los Backstreet Boys en varias giras. A los nueve años lanzó su primer álbum homónimo, que vendió un millón de copias en todo el mundo. Su segundo álbum, Aaron’s Party (Come Get It), salió al mercado en el 2000 y vendió tres millones de copias solo en Estados Unidos, con éxitos como I Want Candy, Aaron’s Party (Come Get It) y That’s How I Beat Shaq.
A medida que crecía, Carter fue haciendo la transición al rap y también participó en musicales de Broadway y en el programa de televisión Dancing With The Stars. En 2014 lanzó un sencillo con el rapero Pat SoLo, Ooh Wee, y en 2016 otro titulado Fool’s Gold. En 2017 publicó un EP llamado Love y al año siguiente un álbum con el mismo nombre. Su último trabajo discográfico fue Blacklisted, que salió a la venta dos días después de su muerte.
Carter tuvo una vida personal turbulenta, marcada por problemas financieros, legales y de salud mental. En 2013 se declaró en bancarrota por una deuda millonaria con el fisco. En 2017 reveló que padecía trastorno bipolar, esquizofrenia y ansiedad, y que tomaba varios medicamentos para controlar sus síntomas. En varias ocasiones ingresó en centros de rehabilitación por su adicción a las drogas. También tuvo conflictos con su familia y con su exnovia Melanie Martin, con quien tuvo un hijo llamado Prince.
La muerte de Carter ha conmocionado a sus fans y a sus colegas del mundo del espectáculo, que han expresado sus condolencias y sus recuerdos en las redes sociales. Algunos han destacado su talento, su carisma y su generosidad, mientras que otros han lamentado que no haya recibido la ayuda que necesitaba para superar sus demonios. Carter será recordado como uno de los íconos pop de su generación.
