Iván Bravo Olivas, aspirante a magistrado, denuncia que fue excluido sin explicación del proceso de elección y ha promovido dos recursos ante la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral. Afirma que el método actual carece de pluralidad y transparencia
El aspirante advierte que la ciudadanía no podrá elegir libremente, ya que los 15 cargos de magistrados tienen el mismo número de candidatos. Señala que el proceso es opaco, sin derecho a voz para los aspirantes, y que las decisiones beneficiarán a tres gobiernos durante nueve años
El proceso de elección de magistrados en el estado ha sido severamente cuestionado por Iván Bravo, uno de los aspirantes excluidos sin justificación clara. En un proceso que debería garantizar la libre elección, el abogado denuncia que el diseño actual impide la competencia real, ya que hay un candidato por cada cargo, lo que anula la posibilidad de una contienda auténtica.
Ante esta situación, Iván Bravo promovió dos recursos ante la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral con el objetivo de ser reincorporado a la lista de aspirantes y aparecer en la boleta electoral. Subraya que la elección de magistrados no es equiparable a la de un rector o una sociedad de alumnos, donde puede haber candidaturas únicas, sino que debe permitir a la ciudadanía ejercer un voto informado y libre.
El aspirante también denunció que, a diferencia de los partidos políticos y candidatos independientes, quienes buscan una magistratura no tienen derecho a voz ante el Instituto Estatal Electoral para impugnar irregularidades. Esto, asegura, genera un proceso controlado desde dentro, donde el resultado está definido de antemano.
Ivan Bravo hizo un llamado a la ciudadanía para que tome conciencia de la trascendencia de esta elección, ya que los magistrados designados permanecerán en el cargo durante nueve años y sus decisiones influirán en tres administraciones estatales. “No es realmente una elección, sino una simulación en la que el voto ya está decidido”, sentenció.