El cierre de las dos plantas de la empresa estadounidense Carhartt en Durango, anunciado el pasado 4 de octubre, ha generado preocupación entre los sectores empresariales y sociales de la entidad, pues implica el despido de mil trabajadores y un impacto negativo en la economía local.
Eduardo Rodríguez Gálvez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Durango, lamentó la decisión de la compañía, que se dedica a la fabricación de ropa de trabajo. “Lo que más nos preocupa es el impacto que va a tener en la economía de los duranguenses”, indicó el empresario.
Rodríguez Gálvez señaló que el cierre de Carhartt se debe a una reestructuración global de la empresa, que busca reducir sus costos y aumentar su competitividad. Sin embargo, dijo que esto no significa que Durango haya perdido atractivo para las inversiones, pues hay otras empresas que han mostrado interés en instalarse en el estado.
Por su parte, Magdalena Gaucín, presidenta del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Durango, consideró que el cierre de las plantas de Carhartt tiene un efecto multiplicador en otros sectores, como el transporte, el comercio y los servicios. “Es una pérdida muy grande para Durango, porque no solo son mil empleos directos, sino también muchos indirectos”, afirmó.
Gaucín estimó que la recuperación económica tras el cierre de Carhartt será a mediano plazo, pues se requiere de una estrategia conjunta entre los gobiernos estatal y federal, así como de los organismos empresariales, para atraer nuevas inversiones y generar más fuentes de trabajo.
La presidenta del CCE dijo que se está buscando apoyar a los trabajadores despedidos con programas de capacitación y bolsas de empleo, así como con asesoría legal y psicológica. Asimismo, pidió a las autoridades que se garantice el pago de las liquidaciones conforme a la ley.
Carhartt es una empresa fundada en 1889 en Estados Unidos, que se especializa en la producción de ropa resistente para trabajadores industriales, agrícolas y de construcción. En Durango, tenía dos plantas ubicadas en los municipios de Lerdo y Gómez Palacio, donde operaba desde hace más de 20 años.