Un platillo icónico en la gastronomía de Durango

El Asado Rojo Duranguense es, sin duda, uno de los platillos más representativos de la cocina local. Este guiso, de profundo sabor y color vibrante, se ha convertido en el alma de las reuniones familiares, festividades religiosas y, por supuesto, un clásico infaltable en las tradicionales gorditas duranguenses.

El asado rojo en la reliquia: una tradición de fe y sabor

Este platillo es el protagonista de la reliquia, una costumbre en la que los fieles católicos ofrecen comida a la comunidad como muestra de gratitud o pago de una manda. La reliquia suele estar compuesta por asado rojo, patoles y “sopas”, una combinación que resalta la riqueza gastronómica del estado.

A diferencia del asado de bodas, que es más dulce, el asado rojo duranguense tiene un sabor más equilibrado, con una base salada y un toque de dulzura aportado por la naranja. Su preparación incluye una mezcla de chiles puya y guajillo, lo que le da un color rojo intenso y un sabor profundo, potenciado por la inigualable sazón casera que cada familia le imprime.

¿Dónde probar el mejor asado rojo en Durango?

Si visitas Durango, este platillo se puede encontrar en mercados, fondas y cocinas tradicionales. También es un relleno obligado en las clásicas gorditas de maíz que se venden en todo el estado. Además, durante festividades religiosas, es común recibir una invitación a una reliquia donde podrás degustarlo en su máxima expresión.

No te quedes sin probarlo

El asado rojo duranguense es más que un platillo: es una tradición que une familias y comunidades. Su inconfundible sabor y su importancia en la gastronomía local lo convierten en un imperdible de la cocina de Durango.