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50 toneladas de basura inundan el centro histórico de Durango

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Las celebraciones de Nochebuena en Durango dejaron un rastro impactante: más de 50 toneladas de basura recolectadas en el centro histórico durante un operativo que comenzó en las primeras horas del 25 de diciembre.

A pesar de los esfuerzos titánicos del Departamento de Servicios Públicos Municipales y la empresa Red Ambiental, el desorden generado por los festejos navideños plantea serias preguntas sobre el respeto ciudadano hacia los espacios públicos

Un operativo necesario, pero insuficiente de Navidad


El despliegue de trabajadores, maquinaria especializada y vehículos de recolección recorrió durante horas las calles, plazas y áreas públicas del corazón de la ciudad. Aunque lograron devolverle algo de dignidad al centro histórico antes del amanecer, el volumen de residuos recolectados expone un preocupante nivel de desidia ciudadana. Envases, restos de comida, papel y desechos de todo tipo saturaron los espacios, dejando claro que la fiesta terminó, pero el caos persistió.

El costo oculto de la celebración de Noche Buena


Las autoridades municipales, que anunciaron con orgullo los resultados del operativo, también señalaron la urgencia de un cambio en la conducta ciudadana. “No es suficiente que recojamos la basura; necesitamos que los ciudadanos respeten los espacios públicos,” declaró un representante de la Dirección de Servicios Públicos. Aunque la limpieza es crucial para mantener el atractivo turístico y el orden de la ciudad, el gasto recurrente en estos operativos podría canalizarse hacia otras necesidades si existiera mayor conciencia colectiva.

Una imagen empañada para Durango


El centro histórico, emblema de la ciudad y atractivo turístico clave, enfrenta un reto constante para mantener su imagen ante residentes y visitantes. Este tipo de operativos destacan la labor incansable de los trabajadores de limpieza, pero también evidencian la falta de responsabilidad de algunos ciudadanos. En fechas de alta afluencia como la Navidad, la brecha entre el esfuerzo municipal y el comportamiento ciudadano se hace más evidente que nunca.

El operativo navideño de limpieza logró mitigar los efectos inmediatos del desorden, pero la pregunta persiste: ¿cuántas toneladas de responsabilidad estamos dispuestos a cargar como sociedad?

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